Hace años era una excusa estupenda para que las mujeres, que no gozaban de muchos momentos para si mismas, se reuniesen con amigas y familiares y disfrutasen juntas de las viandas más tradicionales como bollos preñaos, empanadas, tortilla de sardinas salonas ,etc, todo ello regado con abundante sidra.
La celebración se llevaba a cabo por calles y plazas y las reuniones se hacían en locales sencillos e incluso en capas habilitadas para la ocasión.
Hoy la celebración sigue más vigente que nunca, y son muchas las mujeres que se unen para celebrar juntas este jueves de Comadres. Pero estas reuniones han variado bastante. La cita es exclusivamente para cenar y son muchos los grandes restaurantes que ofertan menús especiales para la ocasión poniendo incluso autocares para hacer más fácil el acceso a los mismos.
El espíritu de la celebración ha cambiado sustancialmente, ya que en estas macrocenas no todo el mundo se conoce.
Desde primeras horas de la mañana las peluquerías de la localidad ( las localidades), están llenas de clientes dispuestas a ponerse lo más guapas posible, todo ello acompañado de las mejores galas existentes en los armarios.
Las cenas son bulliciosas, casi se diría que en exceso y tienen su momento álgido al final de la noche, cuando los espectáculos de boys dan rienda suelta a los más primarios instintos por parte de las comensales. No son momentos reservados para las más jóvenes, sino que son precisamente las mujeres de edad más avanzada las que participan más activamente en los juegos propuestos por los boys ,sobre todo poniéndole la chispa picarona al momento. Chispa que en algún caso ronda lo grotesco.
Quizás se note a faltar algo más de tertulia y diálogo, un poco más de complicidad y sobre todo más "comadreo" por parte de las participantes.
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