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domingo, 25 de marzo de 2012

Desencantada y vacía


Esperaba que el amanecer me trajera emociones nuevas. Que la sensación de hastío se hubiese diluido. Que  me hubiese sentido con la fuerza suficiente para renacer de nuevo.

Siento la necesidad de hacer cosas diferentes , que me llenen y me hagan sentir viva. Y son tantas las posibilidades que se agolpan en mi cabeza.... es como si un multitudinario rebaño quisiera salir por una estrecha puerta  todos a la vez.

A medida que el día avanza me dejo envolver por la monotonía de lo cotidiano y mis ansias son sepultadas por la mediocridad de las horas.

Aún quedan esperanzas, y cuando,  por un momento,  un rayo de luz vuelve a iluminar mi sendero ,siento que no todo está perdido.

Más el tiempo pasa y  los inviernos y las primaveras  se suceden sin piedad sin que consiga salir del engranaje férreo que parece atraparme.

 Un suspiro me devuelve a una realidad que sin estar vacía, necesita ser llenada con vientos de inquietud renovadora y nubes de iniciativa para poder sentir al final del camino que mis pies han dejado huella.

sábado, 24 de marzo de 2012

Queriendo respirar






Me he desenamorado. Ya no le quiero, me dijo, mientras gruesas lágrimas surcaban sus mejillas como dos ríos que anhelan el abrazo del mar.

-No soporto más esta situación, necesito volver a sentirme viva. Deseo volver a sentir la emoción contenida cuando se acerca su regreso a casa, su mirada cómplice cargada de dulzura, sus manos en mi cintura mientras preparo café.

Sus grandes ojos miraban al infinito , perdidos, como un barco a la deriva en el océano.

-No puedo hacer como que no pasa nada.  Se me hacen eternas esas noches frías de almohadas vacías. Mis súplicas de cariño caen una y otra vez en la tumba de sus silencios.


Crecimos juntos ,explicó. Apenas teníamos 15 años cuando un desbordante amor adolescente nos inundó. Maduramos juntos y durante mucho tiempo nuestros sueños e ilusiones fueron siempre en la misma dirección , continuó diciendo.

- No tengo nada que reprocharle, es una buena persona, pero con el paso del tiempo la falta de atención se hizo cada vez más evidente.

Su llanto se hizo más intenso y sus manos nerviosas jugueteaban con un trozo de tela.

-Dice que me necesita, que siempre me imaginó cuidándole en la vejez.

Guarda silencio. Intento buscar palabras que alivien su sufrimiento.

-Le digo que necesito tiempo, y que que en ese periodo es mejor no vernos.¿ Estás segura ¿ Que vas hacer tu sin mi, pobrecita?, me dice con sarcasmo.

Me cuentas que le sentiste extraño, que te sentiste extraña. Que por un momento estabas vacía y un gran pozo parecía abrirse bajo tus pies. Que el miedo y la inseguridad te hicieron flaquear las piernas.

 -Ya tomé la decisión. No se si será la más acertada, pero es lo que necesito.

Le tomo la mano y le hago saber que pase lo que pase siempre tendrá mi apoyo.  Que no tenga miedo a equivocarse, porque si se equivoca siempre podrá rectificar. Y si no fuese posible volver al punto de partida, será porque el amor  habrá abierto sus alas buscando hacer su nido  junto a un corazón solitario.


lunes, 19 de marzo de 2012

Sin olvido



Hoy intento retener mis lágrimas y me escondo para no provocar más dolor en los que me rodean.

Es tanta la pena que está instalada en el corazón que pienso que necesitaré mil años para barrerla.

Son muchos los recuerdos que vienen a mi memoria en los que tu estás presente, tan fuerte, tan

frágil, tan rudo, tan tierno . Siempre pendiente, siempre cuidando, sin querer nada para ti.

Me lo has dado todo: la vida al nacer, los mejores alimentos hasta cuando escaseaban, el consuelo

a mis lágrimas infantiles, el desvelo ante mis enfermedades , los remiendos a mis desengaños

adolescentes .  Era un todo del que tú no te quedabas nada.

Tú que perdiste tus vínculos   alejandose  sobre las olas,  tú que buscabas

reencuentros y solo encontrabas  despedidas, tú siempre solo  y perdido cuando la Navidad

traía letras lejanas.

Hoy la mesa estaba triste sin esa tarta que tanto

te gustaba, el sonido del papel rasgado por la

impaciencia no rompió el silencio espeso de tu

ausencia, nadie esbozó una sonrisa satisfecha

ante mis besos, mis brazos ciñeron un vacío que

antes tú llenabas.   Hoy como siempre pienso en

ti y  pido al viento que te lleve mil abrazos y un

te quiero papá.









domingo, 18 de marzo de 2012

Metamorfosis



Aletargada,  como una crisálida que espera el momento de poder enseñar al mundo sus alas.

Acurrucada dentro de unos pensamientos que anhelan gritar emociones al universo.

Renacer olvidado y mágico de un fugaz instante.

Quizás nada esté perdido, solo mis ilusiones.

Quizás encuentre el camino, aunque no esté lleno de flores.
Nadie guiará mis pasos.

Intentaré encontrar sola esa senda por la que

discurren ríos de tranquilidad, montañas de

dulzura, bosques de alegría, selvas de amor.

Y si en la búsqueda me perdiese, ninguna

estela, ningún rastro, quedaría de mi existir.

Se borrarían de la tierra mis emociones y mis

anhelos, que renacerían gozosos en otras

formas, en otros cuerpos.

Buscando desesperados liberar por siempre sus alas prisioneras para  con sus aleteos suaves

poder llenar de brisa fresca la esperada primavera.






lunes, 12 de marzo de 2012

Solo aire puro

Uno de los maravillosos rincones de los que pude disfrutar en mi paseo.


No hay mayor placer para mí que un día de sol salir a patear bosques y prados. Ayer el día era propicio, ya que el sol regalaba caricias por doquier y la incipiente primavera invitaba aún más si cabe a pasear.
Es un periodo especial, este del final del invierno ,ya que ha nevado el último mes y ello hace que los arroyos derramen sus aguas cantarinas en pequeñas cascadas que formanj con su rumor una sinfonía sin fin.
El agua rebosa juguetona de sus cauces habituales y se desliza por laderas, caminos y prados extendiéndose por todos lados como si mil dedos húmedos masajeasen la verde hierba.

En cada recodo del camino numerosas flores silvestres asoman sus pétalos coquetas, mientras un viento suave las mece suavemente.

Ascendemos lentamente , mientras el río sigue descendiendo a nuestro lado formando un torrente desordenado.

El intenso azul del cielo parece querer fundirse con una cima que las nubes acarician.

Se oye el canto de los pajarillos que muestran con sus trinos la alegría que les produce la cercanía de la primavera

Me encanta acariciar  los rincones sombríos en los que el musgo forma una especie de alfombra que tapiza de verde las piedras y los árboles.
La tarde trae consigo  el olor de la leña en la chimenea mientras el sol va hundiéndose lentamente en la montaña hasta ser engullido por esta dejándonos un paisaje teñido de cálidos tonos anaranjados.


El cansancio de las piernas se nos olvida cuando descubrimos en el borde del camino una sorprendente flor que crece ajena a la belleza que desprende.


Ha sido un día maravilloso que toca a su fin , pero en mi mente quedarán grabadas las  imágenes y sonidos que las prisas y la llamada civilización, hacen que no nos demos cuenta de que están ahí.





lunes, 5 de marzo de 2012

Vuelta a las raices




 Dolor en el corazón cuando la despedida está cerca y el futuro esconde su cara para ocultarse a un presente sin esperanza.

Llanto eterno de tierra lejana que añora olores de una niñez madura.

Despertar en la incertidumbre de un hambre sin pan.

Nostalgia perdida en la llagas de unas manos vacías  que acarician sueños imposibles.

Lucha desigual con el tiempo que aumenta el deseo de un regreso siempre añorado.

Encuentro final con el aire que inundó mis pulmones por primera vez.

Cuando las margaritas broten encima de mi cuerpo olvidado, las nubes lejanas traerán   lágrimas de  recuerdos  perdidos en la distancia. 



domingo, 4 de marzo de 2012

Tras el cristal






Era una mañana de domingo alegre, en la que el sol hacía promesas de paseos cálidos y aromas casi primaverales.

Los primeras flores ya se han desperezado y las ramas se adornan con unos brotes que están deseando abrirse.

Los pajaritos ya tienen una actividad más frenética de lo normal preparando sus nidos, y surcando el cielo ya se pueden ver las siluetas de las primeras cigüeñas.
Había decidido calzar mis deportivas y salir a dar un largo paseo con mi perro por la senda al lado del río.

Él parecía saberlo y seguía mis pasos con atención y nerviosismo contenido, esperando impaciente como un futuro padre a  la puerta de un paritorio.
Pongo ropa cómoda , mis zapatillas , compruebo que la batería de mi mp4 esté a tope y cojo mi forro polar de la percha de la entrada.

En ese momento una oscuridad sospechosa empieza a colarse a través de la ventana, con pesar compruebo que la niebla empieza a tapar la cima de la montaña que tengo enfrente. Miro al cielo con esperanza , pero lo que veo no resulta nada halagüeño. Decido llevar un paraguas plegable por si acaso y en ese momento un fino repiqueteo suena en el cristal. Mi decepción es mayúscula cuando compruebo que ha empezado a llover, y además de una manera fuerte con un viento que hace imposible no mojarse aunque se camine con paraguas.

Marcha atrás a los planes. 

Me quitó todo el equipo y mi perro salta a mi alrededor sin entender lo que pasa.

Estamos los dos igual de chafados, yo me siento enfrente de esta pantalla y el se tumba en el suelo. Su hocico señala hacía su libertad: la puerta.

La lluvia es un regalo en un momento en el que la sequía amenaza con hacer estragos por todas partes, pero quizás podía haber llovido al final de la tarde  que sería igual de efectivo.

Las calles se han vaciado de gente y la melancolía se desliza por mi espíritu mientras la niebla acaricia suavemente los árboles. Un viento juguetón forma remolinos con la lluvia mientras las tejas vierten sus lágrimas en una suerte de llanto eterno.

Nunca llueve a gusto de todos.





sábado, 3 de marzo de 2012

Bajo el cascarón



¡¡¡ Como pasan los años!!! Cuando cierro los ojos aún percibo sensaciones, sonidos e incluso olores de cuando era niña. No hay un momento concreto en el que pueda establecer un punto de partida en mi memoria, y tampoco esta sigue una sucesión correlativa de los acontecimientos tal y como sucedieron, sin embargo tengo  grabados a fuego recuerdos que aparentemente carecen de importancia, pero  han permanecido ahí tan nítidos que parecen haber sido vividos ayer mismo.

"  Era una mañana de primavera , tenía aproximadamente 3 años y llevaba varios días con fiebre alta.
Vivíamos en una casa en medio de un gran prado rodeada de cerezos, manzanos y numerosos arbustos florales , también había un gato. La casa era humilde y carecía de agua corriente.
Estaba acostada en la cama envuelta en el  sopor que da la fiebre alta   cuando mi madre entró para decirme que debía de dejarme sola un rato para ir a la fuente a buscar agua.
No me hacía ninguna gracia quedarme sola y protesté inutilmente. Mi madre trató de consolarme: 
- será un momento, mis pies van a correr como si mil alas de ángel las transportase, y cuando pienses que todavía estoy camino de la fuente yo ya estaré de vuelta.

Ella solía hacer ese recorrido varías veces al día, unas veces para coger el  agua y otras un poquito más lejos para ir a lavar la ropa.
La distancia entre la casa y la fuente era de unos 800 metros que discurrían por un camino de tierra rodeado de  muros de piedra , a los que los musgos y  líquenes habían tapizado de verde.
La senda  desembocaba en un bosquecillo de castaños, abedules, robles y avellanos. El bosque era atravesado por una senda  cubierta de hojas secas que crujía quejumbrosa bajo los pies.
A la salida del bosque el camino volvía a mostrarse sinuoso hasta que tras un recodo aparecía surgiendo de la montaña , de una manera casi mágica, una fuente a la que los helechos, las primaveras y la alta hierba casi ocultaba.
El tiempo iba pasando y yo visualizaba a mi madre con un caldero en cada mano y otro en la cabeza tratando de imaginar a que altura del camino se encontraría.
Aquellos minutos se hicieron eternos y me quedé dormida. Entre sueños llamaba a mi madre extendiendo los brazos, pero ella no acudía a mi llamada. El sueño fue interrumpido por unos sollozos y unos quejidos  lejanos. Intente escuchar y comprobé que los lamentos se oían cada vez más cerca.
Un llanto de niña se escuchaba claramente y entre suspiros balbuceantes podía escucharse claramente como llamaba a su mamá entre sollozos.
-Mamáaaaaaa ven.
Desperté al comprobar que quien estaba llorando era yo y no pude evitar volver a llamar, angustiada, a mi madre con la esperanza de que acudiera a mi llamada.
Aún pasó lo que a mi me pareció una eternidad , hasta que mi madre llegó. Con las manos entumecidas por el peso de los calderos y dándose pequeños toques en el cuello que se mostraba rígido por el peso soportado, entró en la habitación con una gran sonrisa.
- Ya estoy aquí ¿ ves como no he tardado tanto?.
Secó mis lágrimas con el cariño y ternura habitual reconfortándome con su presencia y transmitiéndome la sensación de seguridad que necesitaba.
Cerré los ojos tranquila mientras ella ponía un paño húmedo en mi frente. "

Este es uno de los recuerdos más antiguos que tengo, junto con el de cuando me pusieron la vacuna de la viruela,en la que consigo recordar perfectamente el vestido de pata de gallo de color a mostaza y gris que mi madre había hecho para mí.

El tiempo ha pasado, pero cuando cierro los ojos sigo siendo aquella niña  que desea que su madre la envuelva en un abrazo reparador.
Aquella niña está recubierta por un caparazón que va deteriorándose con el paso del tiempo, pero su alma sigue estremeciéndose cada primavera cuando las campanillas llenan de color los verdes prados.